Seleccionar página

Tipos de termostatos: qué son y cómo funcionan

¿Sabes para qué sirve un termostato? En este post te contamos qué tipos de termostatos existen y cómo funcionan
 
Se acerca el invierno y con él las bajas temperaturas. Cualquier fuente de calor pasa a ser nuestra aliada y, para poder controlarla, necesitamos disponer de un termostato. En este post vamos a ver qué tipos de termostatos tienes a tu disposición, cómo funcionan y en qué nos pueden ayudar durante los meses más fríos del año. ¡Sigue leyendo y ponte al día!
Qué es un termostato

En primer lugar vamos a ver qué es un termostato. Un termostato es un aparato o dispositivo que se conecta a una fuente de calor (o frío) y que te permite, posteriormente, poder regular la temperatura de manera automática manteniendo siempre la misma, sin que baje o suba de los grados indicados.

Funcionamiento de un termostato

La principal función del termostato es regular la temperatura. El aparato se ajusta según la temperatura que detecte y los grados que tu le hayas indicado que mantenga. Si detecta bajas temperaturas automáticamente provoca una subida de las mismas y viceversa. De esta manera mantienes una temperatura agradable en cualquier momento.

Los termostatos viven gracias a la existencia de dos de nuestros grandes aliados en cuanto a temperatura se refiere: el aire acondicionado y la calefacción.

El funcionamiento o particularidades de cada uno puede cambiar, pero el objetivo es el mismo para todos: ofrecernos una calidad de vida excelente.

Tipos de termostatos

A continuación veremos cuáles son los principales tipos de termostatos que existen. Escoger cómo conseguir un ambiente cálido o fresco será tu decisión una vez sepas en qué consiste cada uno de ellos.

Termostato digital

Se trata de un termostato algo más avanzado que el que citamos anteriormente. Normalmente disponen de una pantalla LCD de cristal en blanco y negro. Esta pantalla será la que nos indique la temperatura del habitáculo en el que se encuentre el termostato.

Son los más utilizados por su fácil manejo y eficacia. El usuario registra una temperatura concreto y el termostato se encarga de ajustarla automáticamente, encendiendo o apagando la fuente de calor o frío a la que esté conectado.

La mayoría de este tipo de termostatos no registra la temperatura del exterior. Dependiendo de sus funciones y particularidades tendrán un precio mayor o menor. Lo que sí está claro es que su precio asciende con respecto a los termostatos analógicos.

Termostato programable

Como su propio nombre indica, este tipo de termostatos se pueden programar. Estos, además de facilitarnos la vida, nos permiten ahorrar energía en nuestro hogar. La cualidad más importante de los termostatos programables es que se ajustan a nuestras necesidades al tener la posibilidad de indicarles cuando encenderse, apagarse y qué temperatura alcanzar.

¿A quién no le ha pasado, que se ha dejado puesta la calefacción por la noche? Con un termostato programable esto no será un problema, ya que se apagará a la hora que hayas concretado previamente.

Termostatos inalámbricos

Estos termostatos son los más actualizados del mercado. Son programables y no tienen cables ni van colocados en la pared; son inalámbricos. La principal ventaja de estos termostatos es que podemos utilizarlo desde cualquier parte de la casa, es decir, regular la temperatura de la forma más cómoda desde donde estés.

Te preguntarás cómo funcionan estos termostatos, pues bien, el aparato se conecta a la fuente de calor o frío a través de un relé que va conectado a la caldera.

Debido a sus avances (algunos ya traen incorporado el WIFI) son los que poseen un precio más alto.

Termostato analógico

Han sido los más habituales en los últimos años, pero con la llegada de los tres citados anteriormente, los analógicos han pasado a un segundo plano. Este tipo de termostato nos permite regular la temperatura gracias a una rueda que lleva incorporado en la parte frontal. Esa rueda es la que marca qué temperatura quieres mantener en tu hogar en un determinado momento y lo puedes hacer manualmente.

Normalmente se ubican en la pared y son los más antiguos. Otra de las funciones de este tipo de termostatos es controlar las bombas, caldera y válvulas de gas.

En la actualidad son los que menos se utilizan ya que son los más simples que podemos encontrar en el mercado. Durante su regulación de la temperatura no tienen en cuenta muchos factores importantes, como por ejemplo la temperatura exterior, la hora o si en ese momento nos encontramos en casa o no.

Al disponer de menos funcionalidades respecto al resto de oferta del mercado, su precio es menos competitivo. Este es uno de los factores positivos de este tipo de termostatos.

Ahora que ya conoces qué tipos de termostatos hay y cómo funciona cada uno de ellos, ya puedes escoger cuál es el que se ajusta más a tus necesidades.

Idea: Cadena88